miércoles, 27 de enero de 2010

ENTRANDO EN LA ERA DE MARIAN...

¿Se acuerdan de mis aventuras en Caminando sobre el Filo? Pues les cuento que tengo la sensación, la intuición de que estoy entrando en la era de marian...

Si algunos entran en la era de acuario, o la de saturno (qué se yo)... pues yo entro en la era de marian. ¡Mi era! Y es que es increíble cómo un simple papelito de "Permiso de Trabajo" puede cambiar realidades.

Después de 3 años de recorrido en el mundo de la irregularidad, de haberme graduado por fin como becaria, y de vivir una infinita mezcla de vivencias de incertidumbre, de decepción, de vulnerabilidad, como también de celebración, de encuentros, de re-creaciones… Aquí estoy ... sintiéndome por fin con derechos como ciudadana, con voz, visibilizándome ante mis propios ojos.

Y desde este punto de celebración, pienso en los millones de "sinpas" y de viajeros que están mundaneando; sintiéndose caminar en el filo como metáfora de estar en un sitio en el que no nacimos. Y para ellos y para mí, quiero hacer mi propia lista de aprendizajes, que espero nos siga sirviendo en esta experiencia del viajerismo:

1. Ten siempre presente que estar aquí es tu elección. Por mal que estés en el otro lugar, estás aquí porque quieres. Disfruta la sensación que te otorga la libertad.

2. Es importante que sepas que empezar a estabilizarte en un país que no es el tuyo, lleva de 2 a 4 años. Esto lo dicen los libros y lo ratifico yo con mi experiencia y la de otras personas cercanas a mí.

3. Hazte tu red de amigas y amigos. En Biodanza llamamos a esto la familia ecológica, aquellas personas que elegimos conscientemente y que posibilitan la mejor expresión de nuestro ser.

4. Disfruta lo que tienes en tu nuevo lugar. No abandones tus raíces, no olvides a los tuyos, pero recuerda que estás aquí.

5. Aprovecha las ventajas de ser "el nuevo". Podemos tener la curiosidad (y la ignorancia) que no se les permite a los locales.

6. Trata de entender la cultura y la sociedad en donde estás: conoce su idioma, celebra sus fiestas, indaga en la historia de sus costumbres, respétalas y coge para ti lo mejor de ellas. No nos olvidemos de que somos ciudadan@s privilegiad@s por poder vivir entre dos mundos.

7. Siempre, siempre… respeta y haz respetar tus valores y las cosas que son más importantes para ti.

8. Trata de ser independiente, pero no autosuficiente. Pide apoyo, explica tu situación, quítale peso y dramatismo a tu realidad de inmigrante.

9. Esta realidad es transitoria. Ponte tus límites (los tuyos), ponte tus retos (los tuyos), y sigue soñando en grande.

10. Y….. baila, baila mucho. Como decía Jodorowsky: que todas las iglesias, las cárceles, las empresas, y las ciudades del mundo se conviertan en salas de baile.

En resumen… Disfruta, Celebra, Agradece

Marian Ríos

miércoles, 6 de enero de 2010

Caminando sobre el filo. Pensamientos de una inmigrante

Este post se publicó el 30 de octubre de 2009, en el Blog Alius Modus, en el marco del Premio Alius Modus a iniciativas sociales innovadoras, y es el primer paso para continuar publicando mis reflexiones y aprendizajes personales como inmigrante...

Escribir acerca de mi propio proceso de migración y mis aventuras en el mercado laboral español, me genera hoy una amplia gama de emociones. Y es que desde hace 3 años que tomé la decisión de vivir en otro país diferente al mío, he pasado por dos procesos fallidos de residencia de trabajo, un tercero aún sin concluir, una amplia y extenuante carrera como becaria, además del haber conocido a muchas personas que me han abierto la posibilidad que en cada momento me lleve un gran aprendizaje.

En este proceso están presentes emociones que se reciclan una y otra vez. La confianza en los otros cuando te encuentras gente abierta al cambio y con la sensatez de verte como una oportunidad y no como un enemigo; el miedo y la inseguridad que te da el sentirte excluido del grupo mayoritario, ya sea por el idioma, por el estilo de vida o por la cultura; la sensación de poder ante el hecho de que ser extranjero es una decisión de vida y de que siempre tienes la posibilidad de regresar a tu país.; la rabia frente a los asomos de discriminación en ámbitos laborales, burocráticos, personales. Y obviamente la sensación de incertidumbre, presente en cada uno de los momentos de mi aventura.

Me quiero detener en la incertidumbre, ya que pienso que es una emoción que siempre acompaña tanto los procesos migratorios, como al mercado laboral español, más aún en esta época de crisis global. Y es que la incertidumbre se ha convertido en mi compañera de viaje, y ha significado el perderme para encontrarme y volverme a perder, es una espiral que me ha permitido avanzar tanto en el reconocimiento de la diferencia, la otredad, la multiplicidad, como en el conocimiento de mis capacidades y mis limitaciones.

De la mano de la migración y de la incertidumbre, está la decisión que hemos tomado muchos inmigrantes de quedarnos en una condición de ilegalidad o de irregularidad. Y es evidente que suceda, cuando se está en un país como extranjero, las leyes nos dicen que no tenemos las mismas opciones de movernos en ámbitos laborales y sociales como lo hace un local. Y allí aparecen contradicciones: la clandestinidad nos seduce, nos da el poder de ver las cosas desde una posición diferente, pero también siempre estás caminando sobre el filo. Somos ciudadanos desarraigados, mirando a ambos lados del paisaje, sin poder permanecer en alguno (esto por lo menos en los primeros años de adaptación).

A nivel laboral, tenemos la sensación de siempre estar dos pasos atrás de los locales, y aunque tengamos una amplia carrera profesional y en ocasiones una mejor preparación académica, se hace difícil encajar y sentirte valorado.

En mi caso particular he estado los 3 años de mi permanencia en España como becaria. Y aunque con este estado se pueden hacer bastantes “bromas” (gracias a becarias mundialmente famosas), también surgen un sin número de cuestionamientos frente a tus posibilidades personales y a las leyes laborales del país en el que vives.

¿Cómo las empresas permiten que una persona extranjera esté 3 años o más en condición de becaria? ¿Cómo la ley permite esto? ¿Qué garantías tenemos los inmigrantes ante esta condición “eterna”? En mi caso este estado ha sido consecuencia de dos procesos fallidos de residencia de trabajo. Sin embargo conozco muchos casos en los cuales la empresa se beneficia del trabajo cualificado del inmigrante, a muy bajo costo y sin necesidad de realizar los complejos procesos de permisos y autorizaciones que exige la ley.

Actualmente estoy esperando la resolución de permiso de trabajo de un tercer proceso, ya les contaré como se resuelve todo. La incertidumbre está más presente que nunca en mi vida, pero también la sensación de libertad y de confianza que te empuja a mantenerte en un lugar.

Y es que los inmigrantes debemos escoger entre ser libres y trascendentales o ser parte de y normales, ser terrestres.