domingo, 28 de marzo de 2010

HISTORIAS INICIATICAS - 1

Simplemente un día decidí que ya estaba bien de todo lo ya hecho, lo estructurado, lo que estaba "preparado" para mi, estaba bien de estar siempre en el mismo lugar. Necesitaba moverse, queria saber que había mas allá de las montañas de mi pueblo.

Y decidí hacer un quiebre total, cortar mi cabello, despedirme de mis trabajos y empezar a caminar mi propio camino, construir mi propia historia.

No puedo negar que para tomar esta decisión tuvo que ocurrir una ruptura amorosa o el sentimiento de no entender nada. Pero mirando retrospectivamente cada una de las cosas y las personas que han pasado por mi vida, siento un gran agradecimiento por aquello y aquellos que se han ido, pues estos momentos de vacio son lo que me han impulsado a cambios importantes: un viaje, un nuevo proyecto, una nueva forma de hacer algo, un nuevo libro, una nueva "religión". Esos momentos de vacío son los que me han permitido construir mi identidad.

Este viaje lo inicié en Arboletes - Antioquia. Un pueblito colombiano costeño, de esos en donde empiezas a entender el realismo mágico de García Marquez, en donde el tiempo se detiene solo para que tu puedas apreciar la inmensidad de la vida, y con ésta las contradicciones humanas, las historias de amor y de desamor, y sobre todo un lugar en donde viví en mi piel y entendí en mi corazón el espíritu de lo que llamamos comunidad.

Arboletes fue mi punto de partida y de llegada. Desde allí recorri todo el golfo de Uraba colombiano: Necoclí, Turbo, Titumate, San Pacho, Triganá, Acandí, Capurganá, Sapzurro. En este viaje conocí a personajes increibles: Oscar (artesano español de 76 años, ex navegante), mi amiga Eu y toda su familia, Caliche y sus fantasmas, Jorge (el amante) y las miles de historias que vivimos día a día escapándonos de su novia, Jorge Mar Caribe su coherencia en el vivir y su casita del palo de mango en donde viví tan feliz en tantas temporadas, el genio de los ataudes, la Catira mujer poderosa, Darien Azur quien ya no se debe acordar de mi porque lo conocí cuando él tenía 1 año, Verano de Urabá y todos los adolescentes fruto del amor por la vida.

Tantos seres Cronopianos, que hicieron que ese viaje fuera Iniciático para mi.

Iniciático en el sentido de sentirme profundamente atravesada por las personas y sus sentimientos, en el sentido de descubrime en mis deseos, en mis libertades, en mis temores, en mis grandes desafios. Allí comprendí que no quería seguir luchando con mi impulso vital de caminar, de conocer, de mirar de frente a las personas y poderles hablar desde mi verdadera esencia.

De vez en cuando, necesito volver iniciaticamente a ese Lugar. Hoy es uno de esos días.

Marian Ríos